aunque nadie es imprescindible todos son necesarios
Desde hace mucho tiempo vengo defendiendo que la organización interna de la sección sindical de CC.OO. es la que más se acerca a la idea de democracia, pero desde estas líneas quiero denunciar algunas actuaciones de determinados miembros integrantes de la autodenominada “comisión gestora permanente”, encargada, originariamente de la coordinación de la sección sindical, pero que ha derivado posteriormente en el control de la conducta del resto de los miembros de la ejecutiva. Esto viene a colación con los últimos actos de dicha gestora: la anunciada dimisión del presidente del comité (la segunda), su inclusión como liberado en la recientemente inaugurada “agrupación sectorial del transporte por carretera” con dedicación exclusiva, desobedeciendo así el criterio que habíamos mantenido en relación a esta posibilidad. Finalmente, han solventado quién debe reemplazar al presidente del comité de empresa, consignando la candidatura de un compañero en una reunión de la ejecutiva.
Sin embargo, quiero resaltar la honradez general de los individuos que conforman la ejecutiva de la sección sindical, la integridad de tener opinión propia y el valor de defenderla ante terceros y, finalmente, la capacidad de trabajo que, aunque la formación de cada uno es diferente, el ensamblaje de todos los elementos le confiere una cualidad inconmensurable al producto final.
Como podemos observar, “de aquel barro este lodo”. Desgraciadamente, para todo el colectivo estas reflexiones han sido premonitorias. Sin embargo ya se las remití a cada uno de los interesados mientras era afiliado de cc.oo.; pero no se realizó ninguna acción para evitar el desastre. Todos estaban acomodados. Las horas sindicales no se veían, había compañeros que presuntamente realizaban horas extras cuando presumiblemente estaban relevados, etc.
Pero llegó la hora de la verdad, y no voy a recordar minuto a minuto lo que en la “famosa asamblea” aconteció, pero sí algunas actitudes poco éticas como puede ser el abuso a la “bondad” del presidente del comité, para incitar a la “movilización” ante el primer gas atravesado. Pero no hubo respaldo ni por gran parte de los compañeros ni por parte de los que siempre han “añorado” una huelga en nuestra empresa. Todo ello a pesar de los gritos y movimientos de algunos liberados: “la asamblea es soberana, huelga”.
Pero la decadencia ha ido en cascada, la retirada de la confianza y posterior relevo del presidente por parte de la mayoría, y la negativa a trabajar en las comisiones de trabajo como represalia, son las claves para entender la situación que atraviesa CC.OO.; Y no puedo compartir porque el Comité de Empresa representa a todos los trabajadores, mientras que los sindicatos sólo a sus respectivos afiliados. Es por ello, que no participo de la exclusión de algunos compañeros electos de las reuniones del Pleno del comité (algo que yo no recuerdo que se hubiera hecho en etapas anteriores) que, aunque en el encabezado de sus actas pongan Mayoría del Comité, en el Orden del Día incluyen la aprobación de las actas del comité.
Para concluir, me gustaría apelar a la unidad sindical porque se avecinan momentos complicados para nuestra empresa: Guaguas Municipales, el Tren, la Crisis Mundial, las denuncias internas (toma y deje, servicios…); y un convenio restrictivo que obliga a hacer horas extras e ir a los cursos remunerados para atender las necesidades básicas de la familia.