Mire en su cartera y saque un billete. Lo más probable es que esté arrugado, sucio, o incluso tenga una esquina doblada o rota. Si es así, corra a su banco y cámbielo por uno nuevo, porque en sólo unos días perderá su valor. El 1 de enero de 2011, entrará en vigor una orden del Banco Central Europeo que obliga a todas las entidades financieras a retirar todos los billetes en mal estado que estén en circulación.
Billetes puros y auténticos
El propósito no es otro que conservar la pureza y, lo más importante, la autenticidad de los billetes que circulan por la UE. Sólo en el primer trimestre de este año, se interceptaron casi 400.000 billetes falsos en la eurozona, en su mayoría 20 y 50 euros. Para camuflarlos y mezclarlos con la moneda de curso legal, los falsificadores se aprovechan del mal estado de conservación del efectivo en la mayoría de los países donde opera la moneda única. Así que se acabó eso de coger el dinero de cualquier forma, arrugarlo o doblarlo en cuatro partes hasta que lo hacemos caber en el bolsillo pequeño del pantalón.
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Con la nueva normativa, los bancos deberán retirar los billetes que no cumplan esos requisitos mínimos de calidad y estarán obligados a distribuir billetes en buen estado y que hayan sido previamente autenticados. Para ello, las entidades financieras deberán comprobar el efectivo que mantiene intactos el hilo de seguridad, la banda holográfica, la marca de agua, la banda iridiscente, o la tinta de color variable.
Reciclaje para los billetes
La orden del Banco Central Europeo provocará que en los próximos meses cientos de miles de billetes dejen de tener valor. Sin embargo, la medida no supondrá un daño extra al medio ambiente, ya que no serán destruidos y sustituidos por otros nuevos, sino reciclados. Según la directiva europea, todos los bancos y cajas deberán o bien tener un dispositivo de reciclaje en la propia oficina o tramitar ese servicio con una empresa especializada, como Talaris, compañía líder del sector, que se deshace cada día de más de 500 millones de billetes defectuosos en todo el mundo.
El efectivo, un pago seguro
Sin embargo, y pese al cuidado que pone la UE con las falsificaciones, la probabilidad de ser víctima de una estafa con billetes es menor que al realizar un pago con una transacción electrónica, ya sea con tarjeta de crédito o Internet. De hecho, el dinero en efectivo continúa siendo el medio de pago más seguro y preferido por más de la mitad de los consumidores europeos.
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